La crisis financiera actual no representa ningún peligro para el Brasil; al contrario, es una suerte para los países, pues tendrán que dejar la especulación y volver al trabajo, se puede ahora desarrollar sobremanera la civilización. En el Libro “La Decadencia del Pueblo Americano y de los Estados Unidos” escrito en 1984 Keppe mostró que el país estaba en decadencia y qué había que hacer para evitar la caída que hoy se volvió visible en todas las naciones del mundo.
Keppe mostro que la decadencia estaba, en primer lugar, en la mentalidad del pueblo, que dejo de trabajar y paso a querer ganar dinero a través de las apuestas en las bolsas. Eso fatalmente iría a alcanzar la economía, causando una crisis sin precedentes (que ahora se ve). Pero esa crisis es el apocalipsis para los especuladores, no para el pueblo. Será el fin de los delirios del primer mundo, el fin de los individuos más enfermos (envidiosos y voraces), un retorno al trabajo.
No hubo una caída de las bolsas, sino la consciencia de la no existencia de ese dinero especulativo. El Brasil no necesita de bolsas (Fue creada para sostener a las bolsas de otros países): tenemos todas las riquezas naturales para progresar, basta con priorizar el productivismo.